Lo mejor de la exposición fue ver como el arte puede llegar a los más pequeños. Esto demuestra que si le ponemos un poco de interés podremos despertar en los más pequeños esa curiosidad que es innata en ellos para convertir el arte en algo atractivo.
Gorliz nos trajo un soplo de aire fresco en un caluroso Agosto en el que Al Compás de la Imaginación jugamos con las lejanas olas del Cantábrico para fundirnos en una fantástica exposición de arte… y playa.